viernes, 15 de enero de 2016

HISTORIAS




Son nociones de tiempo y espacio acrecienta la posibilidad de fortalecer y desarrollar en el niño la capacidad de pensamiento crítico, pensamiento analítico y pensamiento reflexivo. Enseñar historia en Educación Primaria es más que una transmisión y memorización de fechas, lugares, datos
interpretación de información busca la objetividad en su acontecer tiene conciencia de los hechos o acontecimientos de su propia historia con el niño se empiezan a hacer interpretaciones valorativas y él da su propio estilo narrativo a su historia, así, como la valoración a los aconteceres de su vida, por lo tanto, se le enseña historia con su propia historia sin fragmentarla, que asocia los procesos cognitivos/sensoriales presentes en su conocimiento

Ejemplo:
Había una niña llamada lucerito y le fascinaba bañarse en el mar, el rio y hasta en la piscina. Pero le gustaba más ir al mar, por estar a cada momento nadando no obedecía a sus padres en sus quehaceres y sus tareas se estaba volviendo muy pero muy desobediente.
Un día cuando nadaba en el mar deseo bajar al fondo y naturalmente bajo convertida en sirena era muy feliz hizo infinidad de amigos como la estrella de mar, el caballito de mar, cangrejos, esponjas, pececillos de diferentes colores parecidos a Nemo, y muchos más, era tan feliz lucerito pero un día al pensar en sus padres, hermanos y amigos sintió tristeza y deseo volver con ellos.
Hizo oración y le pidió a papito dios estar con todos los humanos que se portaría muy bien y seria la niña más juiciosa y obediente.
Como sus padres la andaban buscando por el mar.
Y con todos sus amigos del mar fácilmente encontraron el bote, el reencuentro fue muy hermoso lleno de alegrías por todos. Y vivieron muy felices y lucerito muy juiciosa.

Ejemplo:
Érase una vez un leñador que vivía en una cabaña y se pasaba el día entero cortando leña fuera de casa. Al regresar a la cabaña siempre notaba la falta de algo. Y es que cerca de allí vivía un ratón que entraba por una rendija y le robaba.
En cierta ocasión, un amigo regaló al leñador un magnífico queso. El ratoncillo, que estaba escondido, lo vio y se dijo:
Ese queso será para mí.
Y en cuanto el leñador salió al bosque, el ratón entró en la cabaña y sacó el queso haciéndolo rodar como si fuera una rueda.
Un cuervo que contemplaba la escena desde la rama de un árbol, al verlo dijo:
- Ese queso será para mí.
Se lanzó sobre el queso y voló con él hasta posarse en la rama de otro árbol. Allí empezó a oler el queso y a pensar en el banquete que se daría con él.
Pero en esto, venía un zorro viejo por el camino y le llegó el olorcillo del queso.
-¡ Qué raro!
Huele a queso y no lo veo.
- Lo tengo yo- dijo el cuervo- y no pienso compartirlo.
- Claro, claro- dijo el zorro, que era muy astuto-. Por cierto, tienes un bello plumaje y una bonita voz. ¿Por qué no cantas algo?
Y cuando el vanidoso cuervo abrió el pico, se le cayó el queso y lo cogió el hábil zorro.
Al oír los gritos del cuervo, el leñador miró qué pasaba y vio venir al zorro con el queso. Le golpeó y el leñador recuperó su queso.

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